Legaltechs y abogados: ¿deberían enfrentarse entre sí?

Hemos leído atentamente la columna publicada el jueves 7 de septiembre en Le Monde du Droit et le Village de la Justice y titulada: “Legaltechs and Lawyers: detrás de escena”. Entendemos que las legaltechs que conectan a abogados y clientes deberían estar sujetas a una etiqueta emitida por el Colegio de Abogados.

¿Es necesario regular legalmente las legaltechs?

Esta cuestión plantea muchos puntos espinosos:

  • ¿Qué es la tecnología legal? Jarvis Legal es una tecnología legal, como Clio o MyCase en Estados Unidos. Doctrine.fr también es una tecnología legal. ¿Deberíamos estar regulados por el Colegio de Abogados?
  • ¿Cómo distinguir las empresas de nueva creación que aportan negocios a los abogados? ¿Entre los considerados “justos” y los “injustos”?
  • ¿Es la Orden competente para regular esta actividad? Muchas empresas venden plantillas de documentos legales sin ser abogados. ¿También estarán prohibidos?

Si esta idea continuara, estaríamos muy interesados ​​en participar en las reflexiones y decisiones que se tomaran.

¿Deberían los abogados gestionar moralmente las legaltechs?

La pregunta que aquí se plantea es interesante: ¿hay que ser abogado para respetar la ética? ¿Y es necesario siquiera ser abogado para comportarse éticamente en los negocios?

Nos parece que la respuesta en ambos casos es: no.

Algunos abogados no respetan la ética; de hecho, corresponde a la orden verificarlo. Algunos empresarios no respetan la ley: corresponde a los tribunales poner fin a estas prácticas.

Así, desde nuestro punto de vista, la gran mayoría de abogados y empresarios respetan la ley, la conducta y la ética profesional, o en todo caso se esfuerzan por hacerlo.

¿Son los abogados también más legítimos en materia tecnológica? En ningún caso más que ingenieros o cualquier otra profesión. 

Las legaltechs aportan mucho más valor del que destruyen

Por nuestra parte, escribimos varios artículos para intentar explicar cómo las #legaltechs aportaban valor a los abogados y no en su contra. Por ejemplo, cuestionamos el término uberización del derecho en o este. En concreto, creemos que las #legaltechs, cualquiera que sea su posicionamiento, trabajan ante todo para los abogados y no en su contra. En cualquier caso, ninguno pretende sustituir al abogado.

Así, si miramos la situación en Estados Unidos, vemos que el futuro de la profesión en Francia es optimista. El aumento del número de abogados y de sus ingresos medios se produce en paralelo al aumento de la inversión en tecnología y a un acercamiento entre compañeros.

Por eso, más allá de las ansiedades que suscitan estos cambios en el mercado, la revolución más difícil y controvertida sigue siendo la revolución cultural: pasar del abogado artesano al abogado emprendedor. Y para ello, las #legaltechs, sean firmantes de este foro o no, ¡aportan mucho valor!