Los abogados y la tentación de la start-up LegalTech

Muchas LegalTechs cuentan con el respaldo de abogados de todo el Canal de la Mancha. Sin embargo, en Francia, el fenómeno sigue siendo marginal debido a los numerosos obstáculos que esperan a los abogados que crean LegalTech. Los obstáculos surgen de varios factores, tanto intensivos en capital como también resultantes de un problema de habilidades y de mentalidades cambiantes. Actualización sobre la tentación de la startup LegalTech.

 

¿Habilidades técnicas versus habilidades legales?

El primer escollo que se interpone en el camino del abogado que desea crear una LegalTech radica en la razón misma de ser una LegalTech. Con el objetivo de proporcionar asistencia desde las nuevas tecnologías a los profesionales del Derecho y no asesoramiento jurídico, LegalTech requiere habilidades técnicas avanzadas para aportar un valor añadido real a los usuarios.

El problema es que los abogados a menudo no tienen los conocimientos ni las habilidades técnicas necesarias. En consecuencia, la creación de una LegalTech implica necesariamente la asociación de perfiles complementarios puramente jurídicos: graduados de ingenierías y escuelas de negocios, empresarios experimentados, etc. Esta fructífera asociación permite también a los abogados adquirir y desarrollar nuevas habilidades: diseño de producto, ciclos de desarrollo, comunicación, marketing, estrategia comercial, etc. Estar bien rodeados también les lleva a adoptar más fácilmente el doble papel de emprendedor y abogado y, por tanto, a gestionar dos actividades que consumen mucho tiempo al mismo tiempo.

Poco formados en la dimensión empresarial de su actividad, los abogados tienen mucho que ganar desarrollando una mentalidad de gerente de negocios. Más allá de la creación de una LegalTech, también es la gestión diaria de la empresa la que puede beneficiarse de ella y enriquecerse con estas nuevas habilidades. Hoy en día, la competencia es fuerte y tener un enfoque empresarial en su práctica parece cada vez más esencial para destacar entre la multitud y ofrecer servicios innovadores a los clientes.

 

Debates sobre la apertura del capital de las empresas

La apertura del capital empresarial a los extranjeros también es objeto de numerosos debates. Los abogados generalmente se muestran reacios a abrirse a financiamiento externo de terceros. Y con razón, para algunos, equivaldría a contaminar independencia abogados financieros y profesionales.

La Ley Macron del 6 de agosto de 2015 Sin embargo, dio un paso hacia la apertura del capital de las empresas a un mayor número de inversores, pero imponiendo salvaguardias, en particular el hecho de que deben pertenecer a "profesiones jurídicas o judiciales".

Si bien se trata de un primer paso, todavía resulta tímido adaptarse a la evolución de la profesión jurídica y a la competencia de otros actores del mercado. Benefíciese de la apertura de capital a inversores externos facilitaría la obtención de fondos, especialmente al iniciar una práctica. Sobretodo, el inversor minoritario permanecería confinado a su papel de proveedor de fondos, mientras que las decisiones sobre los archivos y el gobierno general de la empresa seguirían siendo un dominio privado.

Esta apertura de capital a terceros, defendida por unos y denostada por otros, podría en cualquier caso generar ciertas oportunidades de desarrollo para la empresa si está bien supervisada.

También surge la duda de que los abogados de LegalTech actúen dentro del marco legal de la firma. Sin embargo, muchos creadores de LegalTech han renunciado a él dadas las limitaciones financieras, legales y éticas que representa, prefiriendo una de las formas de sociedad comercial. También es una de las nuevas posibilidades que permite la ley Macron para que los abogados desarrollen actividades comerciales paralelamente a su actividad de consultoría.

 

Desconfianza en los proyectos tecnológicos

Otro escollo: hay que tener en cuenta que la mayoría de los abogados parecen reacios a embarcarse en la aventura del LegalTech. Esto se debe a los obstáculos mencionados, pero también a veces a la falta de apertura de la profesión a las innovaciones tecnológicas, incluso llevadas a cabo por abogados, que chocan con las conservatismo y prejuicios.

Sin embargo, las líneas se están moviendo. Han visto la luz proyectos ambiciosos, liderados por abogados, algunos de los cuales ya han colgado la toga. Entre ellos están Inicio legal, fundada por Pierre Aidan, uno de los precursores de este nuevo espíritu decididamente centrado en la innovación. Más recientemente han surgido otros proyectos como Clúster Legal, creado por Jean-Marie Valentin cuya ambición es ofrecer una plataforma común entre abogados y sus clientes para gestionar sus problemas legales, o Unidad legal de datos, fundada por Sylvain Staub, que automatiza la implementación y el seguimiento del cumplimiento del RGPD por parte de las empresas, vigente desde el 25 de mayo de 2018.

Algunos abogados que crearon LegalTech se han agrupado en un sindicato “AvoTech”. Fundado en 2017, el grupo reúne ya a unas 25 empresas LegalTech. Su objetivo es ser un “do tank”, es decir, un laboratorio para experimentos concretos pero también para la reflexión. Pretende sobre todo defender y promover la creación de LegalTech para abogados como un interesante eje de desarrollo para el despacho en un ecosistema legal en rápida evolución. El Colegio de Abogados de París, como otros, lanza nuevas promociones destinadas a apoyar proyectos innovadores liderados por abogados. Por último, un grupo de trabajo de Legaltech en el seno de France Digitale, que reúne a un gran número de startups francesas de todos los sectores, acaba de ver la luz del día.

 

Finalmente, LegalTech para abogados sigue siendo hoy en día una apuesta arriesgada para los profesionales del derecho debido a los obstáculos que se interponen en el camino. Sin embargo, también puede ser una apuesta de futuro y un hueco en el mercado jurídico que deben aprovechar los abogados que quieran revolucionar la forma de ejercer su profesión.